viernes, 26 de julio de 2013

Inminente adiós

En los ya casi cumplidos 23 años de mi vida, jamás eh sido una mujer rencorosa, ni eh jugado jamás con un hombre. Porque sé que eso regresa con el tiempo. Siempre eh tratado a las personas como quisiera que me trataran a mi. 

Sé que las demás personas que aparezcan en mi vida no merecerán que sea desconfiada, pero lamentablemente el tiempo no da más que para olvidar, pero las heridas no sanan completamente, tan solo se acostumbra el corazón a estar vacío. Quizás suene como reproche, y tal vez es lo que realmente es porque nunca merecí ser tratada como lo fui. Es cierto que no soy ninguna inocente, pero ¿quién lo es? Es cierto también que cometí errores que sabía desde  un principio debía pagar de alguna manera. Pero a caso fue error haber amado antes? A caso entregarse a una persona en cuerpo y alma, es un pecado? Dónde está el error? Qué hice mal? 

Si, también es cierto que todo lo permití, que si me pisotearon fue porque yo seguía ahí, perdonando todo, disculpando y haciéndome responsable de culpas que jamás fueron mías. Pagando cuentas pendientes que nunca cobré. Que me sentía mal  cuando decía lo que pensaba, que desconfiaba de su falso amor, qué error el mio. Más que amor, dejé que manipularan mi orgullo y la dignidad que por derecho tengo. Antes lo justificaba porque era mi pareja, otro error cometido.

Enserio que a veces siento muchas ganas de odiarlo, pero no logro hacerlo, porque por mucho daño que me hizo nunca sentiría eso por el. Lo que puedo sentir es tristeza y pena. Por su corazón maldito, sucio y vacío que me hiso mucho daño. Por más entregada que hubiera sido no merecía todo ese daño. Aun me duele, aun se me hace un nudo en la garganta cuando hablo de el, de los sueños, de las ilusiones y las esperanzas que me hice. 

Ojalá que Dios comprenda y tenga siempre presente sus actos, para que lo juzgue, porque yo no puedo ni debo hacerlo. Sólo la vida le cobrará y deseo con todo mi corazón que encuentre la paz que necesita y sobre todo la felicidad que lo llenará de luz siempre. Y que la persona que lo amé, lo haga muy feliz... Y no se algún día leas este escrito, pero no te seré hipócrita, deseo que sufras la cuarta parte de lo que yo sufrí por ti, que el destino y hasta Dios te hagan sentir el dolor y el vacío que sentí  por ti. Y recuerda siempre, que quien decidió irse, fuiste tu. 

Pd: Perdóname.